Este término fue acuñado por la psiquiatra norteamericana
Alayne Yates en 1983.
Publicó un interesante artículo en la revista
New England Journal of Medicine, la más prestigiosa de todas las revistas médicas, la revista que todo médico debería leer sea cuál sea su especialidad.
La original hipótesis que presentaba es que un subgrupo de corredores compartiría similitudes con las pacientes anoréxicas, de hecho el provocador título del artículo es:
"Running- An Analogue of Anorexia?".
Yo no comeré
El "
corredor obligado"sería aquel que sigue corriendo a pesar de las lesiones, contraindicaciones médicas o enfermedad común (como una gripe).
Las conclusiones las basa en un estudio sobre 60 hombres que corrían más de 80 km a la semana( maratonianos y"trail runners").
Un detalle muy curioso es que los tres autores del artículo se declaran runners, algo bastante inusual en éste tipo de publicaciones, me ha gustado mucho esa afirmación.
El corredor obligado haría del running su actividad principal, con prioridad sobre el resto de los aspectos de su vida. Si se ve imposibilitado para correr tiene síntomas depresivos, y ansiedad sobre la creencia irracional de un deterioro irreversible de su forma física.
Corre a pesar de estar lesionado y puede llegar a sufrir daños físicos severos.
La
mujer anoréxica hace del logro de una delgadez extrema el centro de su vida, con una evidente distorsión de su imagen corporal, llegando a un control extremo de su ingesta, con negación evidente de la realidad, en una carrera que le puede llevar a la muerte.
Mrs. Beckham
Según la Dra Yates, ambos grupos compartirían características psicológicas y biográficas,tales como clase social media- alta o alta, ser personas inteligentes y muy trabajadoras, introvertidas, extremadamente
perfeccionistas y con dificultades para expresar la ira.
La compulsión por acumular kilómetros en unos, en búsqueda de una mejora ilimitada de la forma física, y la negación de la ingesta en las otras, en la persecución de la infinita delgadez , serían imágenes especulares de un mismo trastorno.
Ambos comportamientos serían en origen un fenómeno adaptativo de búsqueda de
control y de identidad, que les diferenciaría nítidamente del resto de personas, incluyendo además una serie de rituales característicos.
Además afirma que en la muestra de corredores estudiados no eran infrecuentes las
preocupaciones por la dieta y el peso, pero no como una preocupación principal como ocurre en las anoréxicas, más bien como una consecuencia.
Asume en ambos grupos un mismo modelo de comportamiento, basado en el
ascetismo con evitación de la recepción pasiva de placer aunque al mismo tiempo y de forma paradójica compartirían la vivencia del"colocón" o
"High"
Destaca que ambos comportamientos están socialmente muy aceptados, tanto la habilidad atlética como la delgadez, lo que retroalimentaría estos trastornos en nuestra sociedad y explicaría el gran "boom" de ambos trastornos en los últimos años.
Cita como ejemplos a
Alberto Salazar, gran corredor y ahora exitoso entrenador, que "presumía" de que le obligaban a no correr más de 193 km a la semana y de haber recibido la extrema unción metido en una caja con hielo, mientras sobrevivía a un episodio de severa hipertermia.
Alberto Salazar.
También "señala" como uno de los ideólogos del "obligatory runner" al gran
George Sheehan.
En resumen, sería lo que 20 años más tarde se ha llamado
vigorexia: una persona con una identidad frágil y unas características de personalidad definidas, en el momento de declinación natural de la forma física y sexual( los 40), gestionaría la angustia que ésto le produce con una devoción maniaca por el deporte; al final sería una forma de expresión del síndrome de Peter Pan o de la "
pitopausia".
Algo parecido a lo que les ocurre a los fanáticos religiosos o adictos al trabajo, serían manifestaciones descontrol de un mecanismos adaptativo contra la ansiedad, que en mi humilde opinión estaría originada en el miedo a la muerte, que es lo que nos angustia y
acojona realmente a todos.
Al final me he puesto muy trascedente. Un amigo mío lo resume de una forma mucho más simpática: a los 40 años hay que hace algo; te puedes separar y liar con una de 25 años, te puedes comprar un descapotable, o te pones a correr; la tercera opción es la más saludable, más barata y la que más felicidad te va a dar a tí, y menos infelicidad a tu familia.
No soy psiquiatra ni psicólogo, pero aunque la hipótesis propuesta es muy atractiva, creo que es sólo eso, una hipótesis a la que se le pueden poner también muchas pegas; no obstante me parece que las similitudes entre corredores y anoréxicas(por desgracia he conocido de cerca a varias mujeres con esta terrible enfermedad) son muchas y da mucho que pensar, no se qué os parecerá a vosotros.