Buscar este blog

viernes, 21 de marzo de 2014

El gordo que habita en mí

Es un hecho curioso, los cajones o cuadras (¡Viva Méjico!) de las carreras populares están llenas de ex-gorditos; bueno, algunos están todavía en proceso de divorcio. A veces es un proceso largo y complicado.
Hay dos grandes tipos de gordos.

1)  El gordo bien, gordo de toda la vida, le viene de cuna. Muchas veces pertenecen a sagas, como esas familias de notarios, militares o pescadores. Lo llevan en la sangre.
Son esos niños gorditos que había en nuestras clases de EGB, dos o tres por clase. Nos metíamos con ellos, sin excesiva malicia creo (qué cabrones son/ éramos los niños).
Muchas veces feminizábamos el calificativo (¡gorda!) para aumentar el oprobio, un clásico de cualquier patio.
Me consta ahora que estos niños gorditos lo pasaban mal, peor de lo que pudieramos sospechar, a mí me hubiera gustado haberme dado cuenta entonces.

   
                                      Lu- Hao-Lu-Hao.¿ El niño más gordo del mundo?.

2) El nuevo gordo. Como el nuevo rico, gusta menos, en el fondo es un arribista. Pero hay que reconocer que ha trabajado duro, ha invertido mucho tiempo y mucho dinero:son muchos aperitivos, muchas copas, muchas comilonas. Nada regalado, hay toda una trayectoria y una gran determinación detrás de esos kilos.

Yo pertenezco al segundo tipo. Toda mi infancia y adolescencia fui un flaquito desgarbado.
Tenía el chasis de un keniata y no supe apreciarlo. Es más, me empeñé primero en "estar cuadrado", y luego ya lentamente me descuidé por el  lento pero inexorable camino hacia la gordura.
Ahora quiero hacer unas puntualizacionesGORDO. Ni rellenito, ni sobrepeso, ni otros suaves eufemismos.
Si eres negro eres negro, nada de color, no pasa nada. Si eres ciego, eres ciego y punto, ni deficiente visual ni otras zarandajas.Odio lo políticamente correcto.



                                          
                                                ¿ Algún eufemismo válido?

Yo ahora soy un señor calvo, cojo, y un poquito gordo al que no le importaría nada ser negro ¿Qué no?
Nada de un señor con problemas capilares y limitación motora con un leve sobrepeso al que le gustaría ser afroamericano. Mariconadas semánticas.
En segundo lugar, los gordos y la mentira. Eso lo sabemos muy bien todos los médicos.
Detrás de un gordo hay una gran mentira, la capacidad de auto-engaño del ser humano nunca deja de asombrarme. Entrevistas a un gordo y 9 de cada 10 no saben por qué  están gordos.
No comen mucho, ni comen mal, ni comen entre horas Y además no son sedentarios
Algo hormonal- doctor- te dicen, y si no: son los genes- doctor- te dicen, sin asomo alguno de vergüenza.
Es un hecho probado que detrás de la inmensa mayoría de las obesidades no hay ninguna enfermedad ni problema hormonal.
La genética tiene influencia, no lo niego, y cada día se conoce más sobre los genes que regulan el metabolismo, y que también actúan a otros niveles, como el centro de control de los impulsos,el  centro de saciedad, los depósitos de grasa...Aún así, esta influencia es pequeña, magnificada por la industria farmacéutica que nos quieren vender todo tipo de fármacos para adelgazar (que luego tiene que retirar a la carrera por sus efectos adversos).
 Lo que se suelen heredar son los malos hábitos alimentarios, se transmiten de generación en generación, como otras muchas malas costumbres y creencias.
El secreto está en el balance ingesta/ gasto, igual que en tu cuenta bancaria. Así de simple.
Con pequeñas variaciones en el gasto determinadas por muchos factores individuales, algunos genéticos, lo que prima en ésta balanza son los ingresos. Y aquí es dónde viene el engaño.
La dieta normal de es un español /occidental es claramente hipercalórica, pero la asumimos como normal, y nadie quiere reconocerlo. Y además nuestra vida cada día más sedentaria.
¿Cuántos  judíos gordos has visto en las fotos de los campos de exterminio nazis?
¿Cuántos gordos has visto en el África rural?
Por eso resultan útiles los diarios de ingesta, que el gordo rellena durante 1-2 semanas. Revisas el contenido, y si el gordo no te engaña, allí está la evidencia.
Es el puto día a día, las pequeñas cosaslo que te convierten en un gordo.
No una bacanal ocasional con los amigotes, un chuletón, ni tu copita de Jack Daniels, son las mil pequeñas transgresiones, de las que ni siquiera eres consciente.
Bastan 100 Kcal/día en exceso, cantidad ínfima, menos de una  Coca- Cola al día, para sumar al año 36500 Kcal. Esto supone 4  kilos de grasa en un año, así de fácil.
Esto no es una fórmula matemática exacta, hay muchos matices, pero si una aproximación bastante real a lo que nos ocurre a todos en mayor o menor medida.
También se puede ajustar la balanza por el gasto y así aumentar el nivel de ejercicio.
Todo el mundo conoce algún ex-gordo corredor, y ésa es  la motivación de miles de gordos que salen a correr todas las primaveras y todos los otoños. No duran. La mayoría abandona pronto, nunca fueron realmente corredores.


                                     Si te ajustan éstos pantalones.. 
                                     no lo estás usando correctamente 



                                       Motivaciones para correr hay de todo tipo, 
                                       algunas de mucho  peso. 

Luego está el tema de la cohesión de grupo, el efecto secta, la descalificación y acoso al ex-gordo.
Todos los corredores lo saben. En cuanto afinas un poco y estás en tu peso, comienza la fiesta.
No hablo de casos extremos, hablo del maratoniano que se queda en un saludable porcentaje de grasa corporal del 12-15%, todavía muy lejos del mínimo recomendado. Pobrecito.
Todos los gordos (no reconocidos, pero objetivamente con sobrepeso) que le rodean, le acusan de vigoréxico, enfermo, anoréxico...¡ Que huevos! ¿ Os imagináis la situación inversa, la gente con un peso normal hostigando al gordo? Te lincharían o acabarías en la cárcel por acoso.
Porque lo "normal" es pesar 10-15 kgs más, tener tripa y papada, está claro.
A mí personalmente no me quita el sueño, y lo que hagan los demás me preocupa poco.
Pero basta ya de mentiras y del mundo al revés, llamemos a las cosas por su nombre.
Otra mentira es: a mí me encanta comer,y  no voy a prescindir de eso.
Es una de las excusas favoritas para seguir siendo un gordo.
Y no hace falta. Si sabes comer bien no tienes por qué renunciar a nada.
El problema son las calorías vacías, los malos hábitos, el día a día, el exceso continuo.
A mí me encanta comer, soy tripero vividor, y no voy a cambiar. No voy a dejar de disfrutar de la comida para tener un "six-pack"  ni por apurar una marca atlética, eso lo tengo claro.
Pero saber disfrutar de la comida no me va a convertir en un gordo, es evidente, no es eso.
En realidad comer mal y fumar son dos problemas que se parece bastante.
Hay un problema de auto- engaño, de malos hábitos y sobre todo de ansiedad, como en todas las adicciones.
Yo, por ejemplo, en éstos 6 meses de parón, he puesto 8 kgs encima. Nada preocupante, porque tenía amplio margen; de hecho se me nota poco, tengo un esqueleto que disimula muy bien, je,je.
No me preocupa, no me obsesiona , pero no me gusta, porque ése no soy yo.
No me siento cómodo con la tripita que asoma.Y esa cara redondita tampoco es la mía. Es otro.
Y el problema no ha sido sólo no correr, ha sido la ansiedad que probablemente no correr me producía y que he combatido mal comiendo, he vuelto a los malos hábitos.
Entonces, de repente, lo he visto, me ha quedado claro. El gordo habita en mí.
Después de tantos kilómetros, creí que lo había dejado atrás, muy  lejos.
Pero qué va, el gordo cabrón corre conmigo, nunca me abandonó.
Espera agazapado su oportunidad. Implacable, inexorable, sin piedad, como un buen maratoniano.
El gordo que habita en mí.









12 comentarios:

  1. Muy buena entrada, yo también llevo un gordo dentro, pero a mi me pasa que tengo esqueleto de Mihura y parece que los kilon no se notan, pero los llevo todos encima. Lo que más te deseo es que dejes de ser cojo

    ResponderEliminar
  2. buenísima!!! bravo!!! hay mucho llorón suelto tipo "no como nada" los cojones, te comes al niño jesús si pone a tiro

    ResponderEliminar
  3. Joder coincido al 100% ,además añado que todos los que corremos con continuidad cuando paramos por alguna lesión nuestro cuerpo actúa a modo de ardilla que guarda para cuando llegue el invierno y todo lo que comemos va directo a las reservas para cuando llegue la caña.

    ResponderEliminar
  4. Solo 8???????? eso no es nada. Al principio de mi lesión me controlaba, porque pensaba que en breve volvería a correr y necesitaría estar fino, cuando comprendí que tanto sufrimiento no era bueno decidí darme un respiro. Si no corro por lo menos disfruto de la comida sin complejos y cuando vuelva a correr ya lo bajaría todo poco a poco. Me puse en +10 y con quitarme el pan y las cervezas han caido 4kg, lo demás ya vendrá a su tiempo.

    ResponderEliminar
  5. Hola, mi nombre es Carlos y... yo también soy gordo. Soy de esos que tiene un solo abdominal, pero bien desarrollado. Y comer como, aunque le juro, padre, que jamás lo volveré a hacer!

    Me he reído un rato con la entrada y la comparto al 100%. De hecho me estáis haciendo plantearme si abandonar el "club de la cerveza" que tenemos en el curro. ;)

    Un saludo. :)

    ResponderEliminar
  6. Que buena entrada, si señor. Mas claro y directo no se puede ser con el tema de la gordura.
    Yo siempre digo que los michelines son matemática pura. Si comes como tres y te mueves como uno, acabas multiplicándote.

    ResponderEliminar
  7. Me he reído mucho con la entrada y con los comentarios. Y sí, yo también confieso. Yo también escondo una gorda ansiosa. Mira que siempre he sido de tipo etíope. De hecho en el colé, me llamaban eti. Pero ha sido dejar de fumar y acumular años, y he desarrollado una facilidad pasmosa para acumular en la misma zona, la famosa faja abdominal. Y sí. No tengo coartada. Es el ansia que hace que me convierta en Triki y que en diez segundos me cargue los buenos hábitos de toda la semana. Pero seguiremos intentando mantener a la gorda bajo control. La muy jodida...

    ResponderEliminar
  8. De niño tuve una reumatitis y me mandaron cortisona a litros. Eso tuve un efecto-globo que me duró varios años. Durante varios años fui uno de los gorditos de clase. Hoy doy las gracias a aquello porque fue mi motivacion para comenzar a correr. Con 15 años comencé a correr yo solo para perder peso. Y así hasta hoy.

    ResponderEliminar
  9. Excelente post, diciendo verdades de ésas que a poca gente le gusta oír... :) Lo de las excusas es algo que le pasa a la gente con sobrepeso y a muchos otros más que prefieren negar sus debilidades en vez de afrontarlas. Yo nunca he estado gordo, bueno, tuve una época de gloria después de la mili en la que me puse en 86 kilos... Luego me estabilicé en los 74 que he pesado casi siempre. Pero estos meses he descubierto que olvidándome de bebida carbonatadas endulzadas, bollería industrial y fritos, no me ha costado estabilizarme en unos 67 kilos... Ha sido un pequeño esfuerzo, pero mis rodillas, mis marcas y mi potencia están muy agradecidos por la medida.

    No olvidemos un tema muy importante acerca de los gorditos... Que es la cantidad de dinero que se gasta la seguridad social en esos tratamientos que comentas, con los que las farmacéuticas se frotan las manos. Con lo fácil que sería fomentar los hábitos de vida saludable y recetar largos paseos en vez de medicamentos...

    ResponderEliminar
  10. Verdades como puños y además contadas, desde un punto de vista médico, que aún me gustan más....

    Yo he recorrido el camino inverso. Nací más bien tirando a gordito. Tengo fotos con 5 o 6 años en las que estoy rechoncho. Pero ahora estoy en modo etíope total. 60-62 kilos para 1.70m. Y no me gusta nada de nada. Y cuando preparo maratón, como ahora, ni te digo. Digo.. ¡¡¡Novatillo, joder qué flaco estás, qué pena das!!!.

    Pero es, como bien dices, un tema de "ingresos y gastos" Y como no paro de gastar... como que me puedo permitirme ingresar alguna caloría de más...

    Gran entrada

    ResponderEliminar
  11. Muy buena entrada, yo si me dejara estaria en 99 kilos, los 100 nunca me gustaron y desde hace 20 años que cambio mi cuerpo hago el acordeon moviendome entre los 77-78 y esos 99, ahora estoy de nuevo cerca de los 80 pero porque corrro, como deje de correr mal asunto.En fin...menos mal que odio el tabaco, cada uno con sus debilidades.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Me gusta mucho la entrada, yo no he sido nunca gordo, y no he tenido problemas de peso ni cuando deje de fumar hace ya casi 25 años, pero si la comida basura (cadenas que todos conocemos), y que con lo que te cuesta una superhamburguesa,un bolsa de fries grasienta, un cubo de soda y un helado que las calorías desbordan el vaso,etc fuesen mas caras que los alimentos sanos, seguramente algo se solucionaría. Sobre la forma de afrontarlo por parte de cada uno eso ya es otra historia. Saludos.
    Corrales, así en español también llaman a los cubículos de las salida en las carreras en los USA.

    ResponderEliminar